martes, 1 de mayo de 2007

Hablemos de las causas de la inseguridad

Creo tener autoridad para hablar y opinar sobre las causas de la inseguridad ya que tengo a mi cargo 24 Menores drogodependientes e infractores de la Ley y haber incluido ya 8 en la Sociedad. He escuchado de sus labios y podido comprobar las causas que los llevaron a la droga y para conseguirla, el recurso al delito.
Estas mismas causas se están dando en la clase media y alta, pero con resoluciones distintas a las de los no incluidos en la Sociedad.
El factor común de todos estos jóvenes, está en la destrucción de su Familia o la carencia de ella. Ha desaparecido la Familia tal como la conocíamos, tal como el Orden Natural la propone, donde el Papá es el Papá y la Mamá es la Mamá. Ninguno de los jóvenes que he tenido o tengo provienen de una Familia “normal”, son fruto del liberti-naje sexual instaurado en la Sociedad, gracias a Leyes permisivas que han llevado a despreciar la unión estable entre el varón y la mujer. Hoy son pocos los que se casan y los que lo hacen les es más fácil romper el vínculo que cambiar de auto.
Los hijos, frutos de esta situación, quedan a la deriva, no maduran afectivamente y carecen de los límites propios impuestos por el verdadero Papá. No tienen objetivos para sus vidas y viven el “hoy” recurriendo a la droga y el alcohol para evadirse de la miserable vida que les ha tocado en suerte vivir y recurren al delito para conseguir lo que calma, aunque sea por unas horas, su despreciable existencia,.
No vieron nunca a su Papá o Padrastro trabajar, ya que vivían de un Plan del Gobierno o del Vale Más sin la respectiva contraprestación, se ha perdido en muchos niveles sociales la cultura de trabajo y el esfuerzo gracias a las soluciones proselitistas y facilistas que desde los niveles gubernamentales se proponen para dar de comer a la po-blación indigente carente de recursos. Si a esto le sumamos el escuchar y ver la corrup-ción de las clases medias y altas, de algunos políticos, jueces, abogados, policías, etc. verdaderos delincuentes de guantes blancos, que no van a la cárcel porque tienen dinero para alguien que le resuelva legalmente sus aberrantes delitos, la mezcla es perfecta y detonante.
Cuando estos menores o sus familiares recurren a un abogado particular, porque los oficiales o no se mueven o están atiborrados de trabajo, les piden a cambio, por ejemplo, “una computadora en caja” y por lo tanto tienen que salir a robarla para pagarle a este “Profesional” o como sucedió en Monte Comán con un joven que fue denunciado por su mujer por supuesto abuso sexual a su hijo, tuvieron que recurrir a un abogado muy famoso, que ha estado el la Función Pública y cobró la módica suma de $ 51.000 y que entre todos tuvimos que juntarla, sabiendo de la inocencia del imputado que tuvo que estar 14 meses en la cárcel y que a pesar de la resolución judicial todavía no es reintegrado a su trabajo de celador por la inoperancia de los empleados de la DGE.
Yo pensaba los otros días en el COSE, que si sumamos todo lo que han robado esos menores que se encuentran internados allí, no se si se llegaba a un sobre sueldo de los que cobraban los funcionarios mensualmente en la época de Menem.
La mayoría de los delitos se cometen bajo los efectos del tolueno (poxirran), la marihuana, la cocaína, sicofármacos y el alcohol. Sin este aditamento, no se puede comprender lo aberrante de los homicidios y la violencia inaudita de aquellos que come-ten delitos. Los menores me han comentado que cuando están bajo el efecto del poxirran se sienten con el poder para parar un tren con la mano.
Y aquí encontramos a otros responsables de la inseguridad. La Sociedad no sabe las gravísimas consecuencias del poxirran. Se les vende a los menores como si vendieran caramelos. Infructuosamente he gestionado a nivel Municipal y Provincial una norma legal para prohibir la venta de este compuesto. En Chile está prohibida la fabricación de cualquier pegamento a base de tolueno, aquí es lo que se consigue más fácilmente. He escuchado a algunos comerciantes inescrupulosos que lo venden decir “es mi negocio”. Estos señores son también responsables de la inseguridad. En todos los barrios se sabe quién vende marihuana o poxirran, incluso la policía; fácilmente se podría poner un 0800 para que anónimamente se denunciara su venta.
Además los que roban no lo hacen para “colección personal” como decía el Lic. Piracé, hay acopiadores de estos elementos, y un mercado que los compra. Estos también son responsables de la inseguridad. La policía sabe perfectamente quienes son y dónde viven. Y si no lo saben que se dediquen a bailar ballet.
Pero aunque todo esto se lograra solucionar, no se habría solucionado el problema en su raíz. La droga y el alcohol no es una causa, es una consecuencia de esta Sociedad que ha perdido sus valores, que se está desmoronando, que se está pudriendo y el olor fétido es la inseguridad. Donde el tango “Cambalache” tiene plena vigencia. Donde hay algunos que tienen demasiado y otros que no tienen nada. Donde los que más tienen, exigen a las Autoridades, seguridad para vivir sus vidas placenteras sin querer mirar al costado y compadecerse de su semejante, hundido en la miseria.
Si lo sabré yo, que tuve tantas contras para llevar el Hogar adelante, y demostrar que estos menores con sólo ayudarlos y encaminarlos, comienzan a vivir una vida nor-mal. Gracias a una Fundación Holandesa y al aporte Estatal logrado después de muchas peleas, pude decir en la Comisión de Niñez y Adolescencia hace unos días atrás donde los Senadores escucharon a los menores incluidos: “Estos son los negros de mierda, drogadictos, asesinos y delincuentes. He demostrado que pueden cambiar, sólo hay que proponérselo, darles la oportunidad y ayudarlos a que tengan todos los derechos como el resto de los ciudadanos” Hoy dos de estos drogadictos y delincuentes están en la Uni-versidad. Ninguna empresa local me ha querido ayudar.
Yo le diría al Sr. Ministro Cornejo, al resto del Ejecutivo, del Legislativo y Judicial que junto a la “Mano Dura” (solución parche, momentánea y proselitista) hagan una exégesis del tango Cambalache y de allí saquen las soluciones para la inseguridad.
Personalmente soy pesimista, porque los que están al frente de la sociedad y tie-nen que ser su “Forma” descreen de los valores morales que la rigieron durante siglos, donde tiene más peso lo que dice una diva de TV que la palabra de Benedicto XVI, donde el modelo es Diego Maradona y no el Dr. Maradona.

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